Estaba a punto de cumplir 9 mesecitos, tan solo me quedaban 2 días para celebrarlo, era un día gris como tantos y tantos en el mes de enero, la Navidad ya había llegado a su fin pero algo me llamó la atención, el árbol que mamá había puesto en casa para adornar estas fechas, estaba más hermoso que nunca, quizá, más bonito que el día que lo compró. Llegué a pensar que sin adornos lucía más aún, pero, ¿qué podía significar que aquel árbol tuviese tallos nuevos? ¿podría ser que se hubiese adelantado la primavera?
A los pocos días encontré la respuesta y ciertamente fue así, poquito a poco sus pequeños brotes iban creciendo y madurando. Ahora tenemos un nuevo árbol, lleno de vida, definitivamente ¡se había adelantado la primavera!, en la calle el sol comenzó a brillar, desaparecieron las nubes grises del invierno para dar paso a la eterna primavera.
(Para Sofía, desde aquí, le mando un besito)
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