.... Recordando el 4 de agosto de 2010.
Como tantos y tantos peregrinos en este año Santo, allí estaba yo. Tan solo tenía tres meses y medio, pero mis papás quisieron que yo peregrinase hacia la tumba del apóstol.
Aún soy muy pequeñita , no entiendo que significa aquello. Tuvimos que esperar largas colas para besar a Santiago y visitar su tumba. ¡Por un día fui peregrina!.
Prometí volver a Santiago el próximo año Jacobeo (2021), pero esta vez, iré caminando. Será entonces cuando encuentre el verdadero sentido a mi peregrinación.
Este camino mis papás lo recorrieron un día y en él vieron reflejado, el sentido de la vida, las alegrías y tristezas que de él se desprende, los éxitos y fracasos que conlleva el caminar y sobre todo la gran satisfacción de haber alcanzado la meta.
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