Aunque pasada por agua, he podido disfrutar de estas vacaciones. Para mi, estas fechas son muy especiales, me encanta el resonar de tambores y cornetas.
Este año lo he vivido con intensidad. Mamá me ha llevado a todas las procesiones y he participado especialmente del domingo de Ramos, acompañando a la borriquilla en parte su recorrido.
He cogido un gran ramo de olivo, aunque tengo que decir que aún no he terminado de "rezar" todas las hojitas.
Ya me conozco todos los pasos y hermandades. Perfectamente se identificar cuando viene la hermandad de la entrada de Jesús en Jerusalen, pues el color rojo de su túnica es el que más me gusta.
Estaba impaciente por que llegase el domingo y ver un año más la procesión del encuentro, es muy emocionante, pero el tiempo no nos ha dejado. Desde el cielo Jesús ha querido mandarlos la lluvia y dejar así el Resucitado para su celebración solo en el templo parroquial.
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