Es sábado 17 de septiembre, el sol del verano con sus últimos rayos, aún calienta para hacer más deslumbrante a la novia, ¿estará celoso de su vestido blanco?
Son las seis, la tarde brilla más que el medio día, las campanas de la iglesia entonan melodía.
Baja la novia radiante, es el novio quien tiene que esperar, intenso será el momento en el que se van a encontrar.
Palabras de amor se respiran en su llegada al altar, mientras lágrimas por el rostro descienden sin cesar.
Si quiero, se pronunció en los tímidos labios por parte de los dos.
Al cantar de la jota, el Padre Nuestro entonamos, hagase tu voluntad entre todos los hermanos.
Que sean muy felices y así lo quiera Dios, dándonos a todos su gran bendición.
Que sean muy felices y así lo quiera Dios, dándonos a todos su gran bendición.
¡FELICIDADES LOURDES Y ALBERTO! Os quiere Celia.
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