Después de este finde tan intenso en el que hemos tenido de todo; cumple del yayo, baño en la piscina del tío Jesús y mucha fiesta, tengo que decir que por fin le he dicho adiós al pañal.
Mi primita Elsa ha sido la que me ha convencido. El pasado jueves no lo tenía nada claro, pero ella me ha dado el secreto para hacerlo mucho más fácil.
Para mí es un juego, cada dos por tres llamo a mamá para pedirlo y cuento hasta tres para empezar y después ya está hecho.
Mamá no te preocupes que sin tí seguiré haciéndolo.
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