¡Qué ganas tenía de vacaciones! Para mí ha sido un mes muy duro, he seguido con mi rutina de horarios y guarde.
El pasado sábado nos fuimos para el norte. No lo conocía y tengo que decir que me ha sorprendido el País Vasco.
Nunca había visto montañas tan altas, campos llenos de árboles, animales pastando en los verdes prados, ríos que suenan fuerte para desembocar en un inmenso mar y playas con agua fresca.
El primer día no pude resistirme a tomar un baño y lo que iba a ser un paseo por la orilla acabó siendo un baño en toda regla. Una ola gigante mojó mi cuerpo entero y fue la camiseta de papá la que me sirvió de toalla.
Nuestra visita por el norte de España ha estado llena de grandes sorpresas, hemos conocido pueblos maravillosos, llenos de tradición y cultura.
La capital de Guipúzcoa sin duda alguna es una de las más bellas que he conocido con mar. En su paseo inmenso de la playa de la Concha se divisa un horizonte lleno de luz. Sus calles y plazas aunque paseadas entre "chiriviri ", denotan una elegancia que solo callejeando es posible disfrutar.